Inteligencia Artificial: oportunidades y desafíos

3 de Diciembre de 2014
En 2015 Argentina se convertirá en el epicentro de la conferencia más importante del mundo del área de IA. En este artículo, algunos ejemplos de aplicaciones y el análisis de la relevancia de esta temática en la comunidad científica y tecnológica

Por Guillermo Simari y Ricardo Rodríguez, investigadores de Inteligencia Artificial e integrantes del Comité Local de International Joint Conferences on Artificial Intelligence 2015.

El término inteligencia artificial (IA) fue introducido en 1956 por John McCarthy, quien la definió como: “la ciencia e ingeniería necesarias para lograr que las computadoras piensen y aprendan, especialmente el desarrollo de programas inteligentes”.

A partir de allí, se ha destinado mucha energía y recursos a esta joven disciplina en la que participan filósofos, psicólogos, lógicos, matemáticos e informáticos, entre los que han contribuido a su desarrollo. De manera recíproca, las áreas del conocimiento de las que estos investigadores provenían se vieron impactadas por los propios desafíos que la IA les planteaba.

En un esfuerzo de síntesis podríamos decir que “los Programas Inteligentes son aquellos que resuelven problemas para los cuales no se conocen algoritmos específicos”. Un algoritmo es una secuencia limitada de pasos determinados para resolver computacionalmente una tarea. Algunos problemas han sido resueltos algorítmicamente, y otros no. Por ejemplo, los programas que cada mes calculan los sueldos de los empleados de una empresa siguen un algoritmo. En cambio, un programa que juegue al ajedrez no sigue un algoritmo específico, sino más bien uno genérico que conoce las reglas de movimiento de las piezas y en cada paso elige la mejor jugada en base a su objetivo de hacer jaque mate.

Existen muchos otros problemas que enfrentamos cotidianamente para los que aún no se ha encontrado un algoritmo que resuelva todas las posibilidades en la que este problema pueda aparecer. Por ejemplo, determinar el trayecto óptimo para recorrer una cantidad de puntos turísticos para una región arbitraria. Algo parecido sucede con un médico cuando trata de determinar la enfermedad de un paciente. El profesional busca que los síntomas que va encontrando se correspondan con las afecciones que conoce. Así va descartando algunas y siguiendo el análisis de otras hasta llegar a un diagnóstico. Este esquema exploratorio responde más a una búsqueda guiada por la inteligencia que a un algoritmo específico. Otros comportamientos naturalmente humanos tales como el razonamiento de sentido común, el aprendizaje, el reconocimiento de patrones (un rostro, una melodía, una voz) y el análisis de datos (evolución de la bolsa, comportamiento de consumo o del clima) han resistido al desarrollo de algoritmos. Por eso, en todos ellos la IA ha desarrollado una serie de técnicas que han alcanzado gran trascendencia en aplicaciones prácticas.

Muchos sistemas con los que interactuamos cotidianamente utilizan técnicas de IA sin que lo sepamos. Por ejemplo, cuando llamamos a un servicio telefónico de emergencia médica o de asistencia técnica, el operador que nos atiende está detrás de una pantalla que le sugiere qué preguntas realizar y cómo seguir en base a cada respuesta. Para ello se utilizan “árboles de decisión”. La forma en que Google selecciona y ordena los resultados de sus búsquedas antes de entregarlas a los usuarios responde al uso de una combinación de técnicas de IA. El mismo proceso ocurre con los sistemas anti spam o con todos los sistemas de recomendaciones: TripAdvisor, Booking, Amazon, etc. Muchos sistemas de logística están basados en IA, como por ejemplo el Sistema Español de Gestión de Trasplante de Órganos o la asistencia a aviones de la torre de aterrizajes de Sydney, Australia.

Tan importante se ha vuelto el control estratégico de los avances de las técnicas y aplicaciones en esta disciplina, que empresas como Google, Facebook, Twitter, Microsoft, Apple, IBM, etc. se disputan la contratación de los investigadores más destacados del área, o la compra de las pequeñas y medianas empresas más exitosas en el uso de IA. Todas ellas han creado divisiones internas dedicadas a la IA.

En resumen, en un futuro no muy lejano, la IA incrementará su impacto en nuestra vida cotidiana. Sin dudas, estamos frente a una oportunidad de cambio tecnológico que transformará las relaciones de producción y, quizás, de comunicación.

La Argentina cuenta actualmente con alrededor de 50 doctores en IA y constituye una de las comunidades de ciencias de la computación más importantes. Existen grupos de investigación en todo el país, desarrollando diversos trabajos científicos y tecnológicos. En este sentido, resulta fundamental incentivar el desarrollo estratégico de la inteligencia artificial en el país, tanto como valor agregado en la industria del Software, como así también para la incorporación de tecnologías que favorezcan su desarrollo, especialmente en la asistencia a la salud, soporte del gobierno electrónico, mejoramiento de la justicia y prevención del delito, entre muchas otras áreas de actividad.

Parte de dicho desarrollo consiste en ganar Know How, fomentando el crecimiento de los grupos de investigación tanto locales como latinoamericanos. Un elemento clave para motorizar ese desafío es la organización de International Joint Conference on Artificial Intelligence (IJCAI2015), que por primera vez se llevará a cabo en Latinoamérica, contando con una multitudinaria participación de investigadores del país y de la región. Este encuentro se articulará con programas específicos de promoción científica y tecnológica, como los que se encuentra evaluando actualmente el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

PARA AGENDAR
¿Qué? IJCAI-15
¿Cuándo? 25 al 31 de julio de 2015
¿Dónde? En Buenos Aires
¿Cómo informarse? http://www.ijcai-15.org


Más información: www.ijcai-15.org.