¿Nada que decir sobre (el régimen de promoción de) la industria del software?

16 de Marzo de 2018
La opinión de Gabriel Baum sobre el posible fin de la Ley de Promoción de la Industria del Software

Todo indica que a finales de 2019 finaliza el régimen de promoción de la industria del software y servicios informáticos. Ni el poder ejecutivo ni la oposición han dado señal alguna de impulsar la renovación de la promoción para el sector. Así las cosas, el escenario 2020 será bien distinto que el de la última década larga... las empresas deberán pensar sus planes de negocios y de inversión, en especial las PyMEs. La “caída” de la Ley de Software significa también la pérdida de una política de estado, esto es, el escenario para futuras inversiones en el sector resulta entonces bien diferente al actual. Mala noticia.

Peor aún, la desaparición de la Subsecretaría de Servicios Tecnológicos del Ministerio de Producción preocupa al sector TI, que ve en esta decisión política la caída objetiva de su relevancia en la agenda gubernamental. Más allá de la referencia que hizo el Presidente en la apertura de sesiones legislativas: no alcanza con generalidades y buenas intenciones.

Más de una década de vigencia del Régimen de Promoción de la industria SSI, muestra un crecimiento ininterrumpido, mucho más alto y genuino que cualquier otro sector industrial, generación de puestos de trabajo calificados y bien remunerados, exportaciones, certificaciones de calidad internacional, investigación y desarrollo, innovación (1)... hay quienes dicen que la correlación de estas virtudes con el régimen de promoción no es verificable, que no hay causalidad o que la influencia ha sido menor; ignorancia o mirada de muy corto plazo: este tipo de políticas y apoyos públicos a las industrias tecnológicas han sido las causas de los “milagros”, tanto europeos como norteamericanos, y más recientemente asiáticos, sea coreano o chino. Las historias de los emprendedores que cambian el mundo son solamente eso, historias (y muy seguido también fábulas). Cualquier estudio serio de los casos de desarrollo tecnológico exitosos muestran el rol decisivo e irreemplazable del Estado en todos y cada uno de los casos. Es muy claro y didáctico el notable libro “El Estado Emprendedor” y las charlas de Mariana Mazzucato (2) que visitó hace no mucho nuestro país. Todos los estudios específicos y serios del caso argentino avalan esta misma conclusión, o al menos no la desautorizan.

En verdad resulta curioso que un Gobierno en el que todos hablan de la importancia de las nuevas tecnologías, de los empleos del futuro, de la industria 4G, Big Data, Internet de las cosas, etc., incluyendo también al presidente en su discurso en el congreso, deje caer la promoción de la industria TI. Es curioso que se piense en promover los llamados Servicios Basados en Conocimiento y se deje caer la promoción del segmento de los mismos con mejor performance en los últimos años, según informe del propio Gobierno nacional (3). Alguien debería avisar a las autoridades que esto no es magia, no alcanza con nombrar a las cosas para que sucedan –me han dicho que en algunas religiones orientales creen eso...- es necesario mucho más que palabras.

Lo que ha ocurrido en Argentina, a partir de la puesta en vigencia de la ley de promoción del software ha sido -más allá del surgimiento de los llamados “unicornios” argentinos, que por otra parte reciben los beneficios del régimen, en algunos casos con bastante polémica-, la generación de un entramado de pymes y micropymes, polos tecnológicos, interacciones entre empresas y universidades, es decir, no solo crecimiento cuantitativo, sino mucho valor institucional y mucha construcción de red, así como mucha innovación y calidad. Esto, mucho más que los aspectos cuantitativos -facturación, puestos de trabajo- requieren de apoyo sostenido del estado, y estos aspectos son los que promueve el régimen de promoción de software; no casualmente para tener los beneficios se exige I+D, Calidad y Exportaciones, y no casualmente se creó el FONSOFT (4), (5).

He hablado con alguna gente que dice:
”¿Por cuanto tiempo es necesario mantener la promoción de un sector? Eso no puede ser eterno!!”

La respuesta es:
Por todo el tiempo que el país quiera o necesite que este sector sea competitivo y se desarrolle. En el caso de la industria TI, por el momento, la promoción debe durar para siempre, o al menos no sabemos hasta cuando. Y eso es lo que debe ocurrir.

Si el gobierno no lo entiende y esto no ocurre, estaremos condenando a nuestro país a la más absoluta dependencia tecnológica en un área estratégica que decide buena parte del destino del mundo y particularmente de la soberanía de los países. La Argentina no es aún independiente en esta área, pero dejar caer el régimen de promoción, y a la vez dejar la puerta abierta para el ingreso de compañías multinacionales es renunciar para siempre a la autonomía. Es necesario ser claros en esto: si se deja caducar la promoción la gran mayoría de las pymes, y particularmente las pequeñas, que han surgido a lo largo del todo el país, no tienen destino. Es muy importante reconocer a la gestión de Carlos Pallotti en el Ministerio de la Producción el gran mérito de haber dinamizado el Régimen de Promoción y haber ayudado a cientos de empresas a ingresar al mismo. Ese es el camino correcto: multiplicar la promoción y ayudar a crecer a las empresas nacionales, profundizar la interacción con las universidades y el sistema educativo y apalancarlas desde la demanda pública.

Las instituciones del sector deberían generar ámbitos de discusión, difusión y debates públicos sobre este asunto. Las Cámaras nacionales, los Polos Tecnológicos y Cámaras de las provincias, los sindicatos y organizaciones del sector (SADIO, USUARIA, etc), las Universidades, deben hacerse cargo del desafío. Hoy el sector no es “moco de pavo” como en 2004....tenemos miles de empresas con alrededor de cien mil trabajadores, carreras universitarias a lo largo y ancho del país con decenas de miles de estudiantes, polos tecnológicos en casi todas las provincias y ademas gran parte de la sociedad tiene claro que estas tecnologías deben ser apoyadas y desarrolladas.

Vamos a seguir viendo que pasa con este asunto? No me parece razonable, es necesario comenzar a actuar y rápido.


(1) Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas de la Nación, Secretaría de Política Y Planificación del Desarrollo. Informes de Cadenas de Valor - Sector de Software y Servicios Informáticos. Año 1- Número 12. Setiembre de 2016.
(2) Mariana Mazzucatto. El estado Emprendedor. RBA Libros. 2014
(3) Ministerio de la Producción, Observatorio de la Economía del Conocimiento. Informe SBC N°4. Octubre de 2017
(4) CIECTI. El Sector Software y Servicios Informáticos: dilemas del crecimiento y desafíos de las políticas públicas. Serie Policy Briefs, N°3, febrero de 2016
(5) Florencia Barletta, Mariano Periera, Gabriel Yoguel. Impacto de la Política de Apoyo a la Industria de Sofwtare y Servicios Informáticos. DT N°4. CIECTI, 2016.

(*) Gabriel Baum: Investigador de la Universidad Nacional de La Plata