“Queremos que Arsat se transforme en un referente”

La política de comunicación del Gobierno tiene tres ejes: el desarrollo de la Televisión Digital Terrestre (TDT), el tendido de fibra óptica en todo el país y la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA).

Son tres patas que confluyen en Arsat, la empresa de telecomunicaciones del Estado nacional. A partir del plan Argentina Conectada, que implicará la construcción de una red federal de fibra óptica se llegará con Internet a las localidades más alejadas del país, algo que tenían que hacer las grandes telcos del sector –Telecom y Telefónica– a través del llamado “servicio universal”, y nunca impulsaron. Y el Estado tampoco lo reguló.

Ahora, esa “regulación” del servicio universal llegará a partir de la participación de una empresa estatal que hará las veces de carrier mayorista, para darle conectividad a pymes y cooperativas.

- ¿Hubo cuestionamientos por parte de Telecom y Telefónica sobre el plan Argentina Conectada, teniendo en cuenta que Arsat podría quitarles el negocio de ser proveedores de conexión mayorista?-, preguntó el diario Página/12 a Ceferino Namuncurá, interventor de la CNC.

– Esto significa un cambio estructural en las comunicaciones. Es mirar el territorio de otra manera. Ellos tienen una visión comercial, donde la rentabilidad es la variable importante. El desarrollo de Arsat significará llegar a los lugares donde no se llega de otra manera. Cuando montamos radios, TV digital, Internet vía satélite, cumplimos con el objetivo de incluir a todos

– ¿Es decir que se toma la posta en el famoso “Servicio Universal”, que debía ser provisto por las empresas y regulado por el Estado?

–Ninguna empresa privada llegaría a pueblos alejados, como no lo hizo hasta ahora. La visión del privado es el negocio, y la del Estado es la inclusión. Cuando anunciamos el plan del trazado de fibra óptica, primero hubo descreimiento. Las grandes trazas se hicieron en su momento con una visión centralista. Argentina Conectada viene a romper esa topología. En esta política buscamos aliados, cooperativas, pequeños operadores del interior. Queremos que Arsat se transforme en un referente para aquellos operadores que tuvieron que competir con grandes monopolios.

Telecom y Telefónica son los dueños de la última milla, es decir el par de cobre que llega los domicilios. Ambas compañías alquilan ese acceso a el resto de los proveedores. Por otro lado, el costo del mega mayorista que ofrecen resulta un limitante para la competencia. Si en la Ciudad de Buenos Aires ese mega cuesta 25 dólares, en localidades del resto del país puede estar cerca de 800 dólares. “Cuando en algunos países se regula a través de resoluciones, nosotros lo vamos a hacer con una empresa del Estado”, concluyó Namuncurá.

Más información: www.cnc.gov.ar.